- Tres arriba... dos horizontales... -murmuraba-. Correcto. Un paso atrás, Harry
Dio tres golpes a la pared, con la punta de su paraguas.
El ladrillo que había tocado se estremeció, se retorció y en el medio apareció un pequeño agujero, que se hizo cada vez más ancho. Un segundo más tarde estaban contemplando un pasaje abovedado lo bastante grande hasta para Hagrid, un paso que llevaba a una calle con adoquines, que serpenteaba hasta quedar fuera de la vista.
- Bienvenido -dijo Hagrid- al callejón Diagon.
De Hagrid, HP1.
Saludos,
Treebol.
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